La productividad laboral parece un concepto simple. Sin embargo, cómo incrementar este indicador ha sido una de las principales preocupaciones de las empresas durante décadas o incluso siglos.

Las métricas exactas dependen de cada compañía y rubro; no obstante, las firmas que producen más con menos horas trabajadas tienen servicios más eficientes, disponen de más unidades para vender y mejoran sus márgenes; aspectos indispensables para la estabilidad y el crecimiento. Por su parte, los trabajadores mejoran su satisfacción y tienen mayores probabilidades de obtener un aumento salarial, una promoción u otros reconocimientos.

Ya sea si has notado una disminución en la productividad o si deseas escalar para cumplir con demandas futuras, te dejamos tres estrategias que puedes implementar en tu empresa.

  1. Elimina la microgestión

Una encuesta realizada a profesionales senior de RR.HH. en el Reino Unido mostró qué la microgestión estaba entre los cinco primeros factores que reducían la productividad de los empleados y el 28% la señaló como un problema.

Una encuesta de YouGov y MHR consultó a los trabajadores por qué dejaron sus empleos y el 55% citó una mala gestión, junto con el acoso u otro comportamiento agresivo. Un estudio publicado por el Journal of Experimental Psychology reveló que, a menudo, quienes están siendo vigilados constantemente por sus jefes son menos productivos que quienes no son monitoreados de cerca.

A continuación, te dejamos algunos consejos para eliminar la microgestión:

Coloca a las personas en las posiciones adecuadas. Cuando puedes combinar las habilidades y los intereses de las personas con los requisitos del trabajo, no es necesario monitorearlas tan de cerca. Quienes saben cómo ejercer sus funciones y quieren hacerlas bien tienen más probabilidades de ser exitosos en su gestión.

Empodera a los empleados. Cuando los colaboradores tienen que llamar a su supervisor por cualquier cosa, por más pequeña que sea, puede disminuir la productividad de tu compañía, ya que los trabajadores están destinando tiempo en conseguir aprobación de sus jefes cuando en realidad no es necesario. Permite que tomen decisiones, confiando en su talento y en su capacidad de hacer lo correcto.

Ten cuidado con los sesgos negativos. Los líderes a veces asumen que una persona no se desempeñará bien. Esto lleva a ver solo errores o problemas y nunca logros o avances, lo que crea un ciclo de retroalimentación que afecta la productividad, porque la persona se siente desmoralizada.

Anima a los empleados a comunicarse. Una señal de microgestión es que los empleados no se sienten cómodos aportando sus propias ideas. Suelen creer que la forma de hacer las cosas del jefe es la única que se les permitirá. Esto lleva a que no se planteen soluciones y buenas ideas que podrían mejorar la productividad.

Asegúrate de que la gerencia comprenda lo que hacen los trabajadores. Otra queja sobre la microgestión es que los líderes no comprenden las funciones que llevan a cabo los empleados, pero igualmente toman decisiones. Si los jefes no conocen las tareas de cada integrante del equipo, es difícil que puedan aportar con iniciativas que mejoren la productividad.

  1. Disminuye las reuniones

De acuerdo a una encuesta, la mayoría de los empleados en Reino Unido sentía que las reuniones los hacían perder el tiempo, tanto que el 66% dijo que ponía excusas para no participar en ellas.

Comunicarse periódicamente es bueno, ya que algunos mensajes simplemente no funcionan bien en el correo electrónico; pero antes de hacer una reunión todos los días o convocar a la sala de conferencias, hazte estas preguntas:

¿Cuál es el propósito de la reunión? ¿Mejora la cultura de la empresa, crea habilidades para el equipo o aumenta la productividad? Si las reuniones no sirven para un propósito empresarial específico, es posible que desees reducirlas.

¿Es necesario que todos participen en la reunión? Es tentador invitar a todos los miembros del equipo como demostración de transparencia o inclusión, pero hacerlo podría dificultar el trabajo. Habla con los miembros del equipo, los supervisores de línea y otros para averiguar qué tipo de comunicación funciona mejor para todos y quién necesita estar en varias reuniones.

¿Puede la información venir en un formato diferente? Los videos pregrabados que las personas pueden ver cuando les resulte conveniente en el trabajo, los correos electrónicos o incluso las notas en papel son opciones de mensajería. Considera siempre si una reunión es el método más eficaz y, si no lo es, opta por otra cosa.

  1. Incentiva la productividad

Incentivar la producción motiva a los empleados a hacer su parte para aumentar el desempeño. Eso sí, muchas veces los incentivos comienzan a pisar el terreno de las compensaciones, así que asegúrate de trabajar en estrecha colaboración con los equipos de recursos humanos y legal cuando organices los programas. Y recuerda que no siempre tienen que venir en forma de bonificaciones u otra compensación monetaria.

Algunas ideas:

Programas de reconocimiento. Agradece a los empleados públicamente o entrega una recompensa especial, como ofrecer un almuerzo con el equipo ejecutivo, ser reconocido como el empleado del mes o darle un certificado u otra evidencia tangible de su alto desempeño.

Tiempo extra libre. Poder salir temprano el viernes o días libres por cumpleaños u otra fecha especial son ejemplos de posibles recompensas.

Comidas o refrigerios. Invita al equipo a almorzar, a tomar un helado u otra comida para compartir y conocer las motivaciones de los trabajadores.

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