El nuevo modelo de trabajo a distancia que se ha instaurado en un mundo bajo Covid ha tenido varios beneficios, como políticas más flexibles por parte de las empresas y la eliminación de las barreras físicas en la contratación. Pero también ha mostrado una cara más compleja que podría ser un dolor de cabeza en esta segunda ola de aumento de contagios en nuestro país. Según un reciente estudio de la consultora de Recursos Humanos, Randstad, el 39% de los trabajadores chilenos dice que ha tenido dificultades para adquirir las habilidades necesarias y adaptarse a las nuevas formas de trabajo originadas con la emergencia sanitaria. O sea, consecuencia de la denominada “brecha digital”.

Si bien la cifra está en línea con el promedio global, que llega al 40%, es la más alta entre los países latinoamericanos que participan en la investigación y nos aleja de naciones como Grecia (19%), Hungría (21%), Nueva Zelandia (25%) y Dinamarca (25%), que no sobrepasan el 30%.

Al revisar los datos por industria, los colaboradores que presentaron mayores problemas para adecuarse al escenario actual pertenecen al rubro de Hoteles & Catering, con el 57%; Manufactura de productos químicos, con el 56%; Servicios Financieros, con el 53%; Negocios & otros servicios, con el 44%; y Salud & Trabajo Social, con el 43%.

Al respecto, Felipe Lagos, director de ventas de Randstad, sostiene que a pesar de que el home office, que era uno de los beneficios más valorados en el pasado, se transformara en la solución más utilizada en medio de la crisis, de todos modos, generó ciertas complicaciones para los empleados, principalmente por las condiciones en las que tuvo que llevarse a cabo. “Muchas personas no tenían incorporada en su rutina la participación en reuniones online, algunos no contaban con dominio tecnológico para llevar a cabo funciones a distancia de manera exitosa; mientras que otros se vieron afectados por el contexto y toda la carga que este conlleva”, señala Lagos.

El ejecutivo proyecta que ahora, de cara a 2021, es fundamental que las compañías revisen cómo apoyar a sus colaboradores “para que adquieran las competencias necesarias y establezcan estrategias de home office que cuiden el derecho a la desconexión, además de fomentar un clima laboral propicio para implementar esta metodología de manera innovadora y sostenible”, asegura.

Asimismo, el sondeo reveló que el 59% de los trabajadores locales piensa que empleados y empleadores son igualmente responsables de capacitar al personal. Del 41% restante, el 21% cree que preocuparse por los temas de formación es obligación de la compañía, el 18% dice que es responsabilidad de los trabajadores y el 2%, que es del sindicato, cifra que se posiciona por encima del promedio mundial (51%) y como la más alta de América Latina. En México alcanza el 54%; en Argentina, el 53%, y en Brasil, el 42%. En tanto, el 88% dice que actualiza periódicamente sus conocimientos con el objetivo de mejorar su empleabilidad.

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