Es difícil pensar que el fertilizante, los trajes de hombre, la asesoría jurídica y los servicios de suscripción en línea puedan influir en el desempeño de los poderosos bancos con presencia en bolsa. Pero luego del cambio en la canasta del IPC realizada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) en enero de este año -en el que se eliminaron los tres primeros productos y se agregó el último servicio-, bajaron las expectativas de inflación para el año, escenario que podría también afectar las utilidades de los bancos.

Con la canasta antigua, la inflación habría sido de 2,2% en enero; pero al corregirla por la nueva base oficial del INE, finalmente quedó en 1,8%. Esta caída y la posterior proyección a la baja de los precios del consumidor son dos de las razones por las que varios analistas están subponderando al sector bancario: si bien en 2018 se le reconoció como uno de los sectores que primero se beneficiarían de la recuperación del ciclo económico, las estimaciones 2019 para el sector están afectadas por el impacto que una baja inflación puede tener en sus márgenes.

“Esta es una de las razones por la que estamos más negativos en el sector bancario; vemos los NIM (márgenes de intereses netos) planos para el año, debido a que no esperamos un gran impulso de la inflación para este año”, dice Jonathan Fuchs, analista bancario de Bice Inversiones. “Además, el sector se encuentra transando con premios en sus valorizaciones”.

Dado que los bancos cobran gran parte de sus créditos otorgados en UF, menor inflación implica menores ingresos por intereses. El índice SPCLX Financls, que reúne al sector bancario, cayó en 1,26% desde que se conoció el dato de inflación, medio punto más que el promedio del IPSA. Según los analistas, esta diferencia podría ensancharse en los meses que vienen, pues con los cambios metodológicos introducidos por el INE, estos podrían hacer más lenta la convergencia del IPC total y subyacente a la meta del Banco Central. “Una expectativa de inflación más baja repercute en el corto plazo negativamente en los resultados del sector, principalmente dado el existente descalce de activos y pasivos”, dice Nicolas Libuy, analista del sector bancario de Inversiones Security. “Esto puede generar una mayor presión en el margen de interés neto (NIM) y aumenta la tasa efectiva de impuestos. En este escenario, los bancos más expuestos serían el Banco de Chile y Banco Santander, en menor medida”.

“Nunca es muy buena una inflación baja para los bancos, dada su estructura de créditos”, dice Francisco Soto, gerente de renta variable de Tanner. “El año pasado fueron un activo defensivo frente a la volatilidad del mercado; si bien no esperaría que cayeran significativamente, creo que el upside está bien limitado y lo limita aún más ese IPC bastante deprimido que se espera va a haber en los próximos dos años”.

Por su parte, JPMorgan redujo la ponderación del Banco Santander Chile en su portafolio, debido “a la nueva metodología de inflación, que debería impactar al margen de interés neto (NIM)”. Pese a eso, mantuvo al papel, “ya que el banco se ha centrado en el crecimiento y la mejora de su canal digital para ofrecer un retorno sobre patrimonio entre 19% y 20%”.

Artículo de Claudio Alegría

Fuente:  Economía y Negocios

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